Deje la puerta abierta,
pensando que llegarías,
no quería que tardarás en entrar,
no quería perder más tiempo en que pasaras y poderte abrazar.

Deje la puerta abierta,
en sueños sabía que volverías,
que no tardarías,
que está penuria era demasiado
y que los brazos extrañaban aquélla sensación de saberte
entreverada en ellos,
en mi.

Deje la puerta abierta,
y si llegaba alguien más,
la devolvería. No concebía
un aliento desconocido,
extrañaba el tuyo para seguir
suspirando aún en los amaneceres,
ahí, abrazados al despertar.

Dejé la puerta abierta,
tal vez, era yo quien quería
cerrarla por fuera
y no regresar.

Recordaba cada tarde el café que preparaba para ti,
tu sonrisa al discutir,
y tu falso enojo para jugar
el juego de reconquistar.

Y así, viví con la puerta abierta,
que, al oscurecer mis ojos,
cerró alguien más,
me fui con la esperanza
de reencontrarnos en
el mas allá.

Luis Oscar
RaczoBlue

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